Justo al sureste del lago Victoria y Mwanza, Tanzania, una hermosa estructura de varios pisos está rodeada de grandes rocas y árboles de marula. La nueva Iglesia Católica de San Buenaventura se encuentra en Mahina, una estación de la misión de la parroquia de San Francisco de Asís en Butimba en la Arquidiócesis de Mwanza. La estación externa se estableció en 1998, y más de 1,400 católicos viven en la vasta área circundante. La Orden de los Frailes Menores (Franciscanos) y las Hermanas de San Francisco de la Penitencia y la Caridad Cristiana sirven a los católicos de la estación de la misión Mahina.
Durante 12 años, los católicos de Mahina se reunieron para la celebración de la Eucaristía en una pequeña estructura de madera cerca del sitio de la iglesia actual o en otros lugares. La gente comenzó a pedir una iglesia permanente. En 2010, el consejo pastoral parroquial decidió construir una gran iglesia central para dar cabida al creciente número de católicos que viven en Mahina y sus alrededores. Los feligreses contribuyeron a las colecciones de los domingos para el proyecto. La construcción de la iglesia comenzó en 2014, con muchos feligreses locales compartiendo el trabajo. Despejaron el terreno y prepararon el sitio de cimentación para la estructura multinivel.
A medida que avanzaba el trabajo, las personas se dieron cuenta de que no podían recaudar fondos suficientes para completar el proyecto, y la construcción se detuvo. En 2016, el Ministro Provincial de la Provincia Franciscana de África Oriental, Madagascar y la Isla Mauricio enviaron una propuesta de proyecto para solicitar fondos a la junta directiva de Franciscan Missions en Waterford, Wisconsin. La propuesta fue aprobada y generosos benefactores donaron fondos para la iglesia en Mahina, Tanzania.
La construcción se reanudó a finales de 2017. El agua corriente y la electricidad se instalaron en el sitio durante la primera fase de trabajo en 2014. Se mantuvieron los planes para una estructura de dos pisos. El nivel inferior apoyó a la iglesia de arriba y proporcionó espacio para reuniones, aulas para educación religiosa y una pequeña capilla. Para reducir los costos, muchos materiales se obtuvieron localmente y el concreto se hizo en el sitio utilizando piedra caliza, granito y arena del área.
Construir la iglesia verdaderamente fue un trabajo de amor para los feligreses. Hicieron gran parte del trabajo a mano sin equipo pesado. Se trituraron piedras grandes, se llevaron ladrillos, se transportó el hormigón en cubos. Un contratista general supervisó el proyecto a través de cada fase, y los feligreses invirtieron su tiempo y trabajo para hacer avanzar el proyecto.
A medida que pasaban los meses, la iglesia comenzó a aparecer sobre las rocas y los árboles. Los pilares de soporte de cemento se elevaron 20 pies de alto, y una procesión constante de personas llevó ladrillos que se colocaron para las paredes. Las vigas de apoyo para el techo fueron pintadas y levantadas en su lugar. El techo estaba hecho de láminas de chapa ondulada.
Aunque el trabajo final aún es necesario, la nueva Iglesia de San Buenaventura se dedicó el 25 de marzo de 2018. Más de mil personas, jóvenes y mayores, se unieron a la celebración. La cooperación, la unidad, la fe y el compromiso de las personas cercanas y lejanas hicieron realidad el sueño de una nueva iglesia en Mahina.