El anillo de fuego del Pacífico
A fines del año pasado, una serie de terremotos azotaron la isla filipina de Mindanao. Seis terremotos de entre 5,8 y 6,6 afectaron una gran área al suroeste de la ciudad de Davo. Debido a que Filipinas se encuentra en una línea de falla llamada "Anillo de Fuego del Pacífico", las islas son propensas a terremotos y erupciones volcánicas causadas por el movimiento de las placas tectónicas.
Los temblores causaron daños generalizados en las zonas urbanas y agrícolas. Edificios comerciales, escuelas, hogares e infraestructura se derrumbaron por los temblores. Los deslizamientos de tierra devastaron granjas y plantaciones construidas en las laderas de las montañas, causando graves dificultades a los muchos agricultores filipinos y aldeanos nativos que son pobres y dependen de sus cultivos para alimentar y mantener a sus familias.
Los deslizamientos de tierra y la caída de escombros han matado o herido a cientos de personas. A partir del 1 de enero de 2020, aproximadamente 30,000 familias o 150,000 personas han sido afectadas por los terremotos. Muchos no tienen hogar y han perdido sus medios de vida. Los funcionarios gubernamentales han declarado que muchas áreas son peligrosas e inhabitables debido al potencial de más temblores y terremotos. Incluso cuando las personas puedan regresar a sus hogares, encontrarán escombros o daños irreparables.
Los franciscanos ofrecen esperanza
Desde principios de noviembre, la operación franciscana de ayuda por terremotos ha proporcionado a las víctimas del terremoto controles médicos, artículos de ayuda y entrevistas de asistencia social. Muchos de los niños exhiben signos de trauma. Su silencio, miedo, aislamiento y tristeza son desgarradores. Los misioneros franciscanos planean juegos y eventos especiales para que los niños puedan jugar y trabajar juntos. La mayoría de las escuelas que han sido visitadas están muy dañadas o destruidas. El Departamento de Educación de Filipinas (PDE) está construyendo pequeños Centros de Aprendizaje Temporal en áreas seguras para que los niños en edad escolar se diviertan y los regrese a los programas escolares.
Por favor, encuentre la alegría del amor en su corazón por estas víctimas del terremoto y continúe apoyando el esfuerzo franciscano de socorro en Filipinas. Su donación hoy impactará las vidas de estas familias de maneras que cambian la vida.
Por favor dé un regalo de apoyo en: Franciscanmissions.org
Sinceramente suyo,
Br. Andrew Brophy, OFM
Director ejecutivo