La comunidad de Huaycán, al noreste de Lima, se formó por la llegada de migrantes y refugiados de la sierra del Perú. Durante las muchas décadas de golpes militares y levantamientos del gobierno civil, la población de Huaycán ha crecido dramáticamente. El pueblo en su mayoría pequeños comerciantes y jornaleros que viven del día a día.
Desde 1990, la presencia franciscana en el Perú, especialmente en Huaycán, ha sido a través de la Parroquia San Andrés de Huaycán y el colegio San Francisco de Asís de Huaycán. Esta población relativamente pobre se enfrenta a la pandemia de COVID y a una crisis económica que sigue causando grandes daños físicos y psicológicos a muchas familias de la zona.
En 2020, la comunidad franciscana local respondió a la pandemia estableciendo un programa para ayudar a las familias más vulnerables con alimentos y suministros de higiene. Una subvención financiera de Franciscan Missions en 2020 ayudó a apoyar ese programa. Los alimentos comprados a pequeños agricultores locales suministran verduras y frutas a las cocinas comunitarias locales. Estos comedores regentados por feligreses locales, generalmente mujeres, preparan comidas envasadas para repartir entre la población. Hasta 15 'Ollas Comunitarias' sirven a más de 450 familias. Debido al impacto continuo de la pandemia de COVID, en 2021, se hizo imperativo continuar con este programa.
Hoy, Franciscan Missions ha otorgado una subvención financiera a los franciscanos en Huaycán para apoyar este programa en crecimiento. El programa continuará ayudando a más de 300 personas en el altiplano de Huaycán. Al mismo tiempo, los franciscanos han colaborado con la organización CARITAS a través de comedores organizados localmente que preparan alimentos y paquetes de higiene. Los franciscanos entregan los paquetes cada 15 días hasta por cuatro meses. A su vez, las cocinas recibirán alimentos cultivados localmente cada 15 días, por el mismo período, para preparar los paquetes. Esta parte del programa alimentará a 80 familias o aproximadamente 500 personas.
Los efectos de la pandemia de COVID continúan creando enormes consecuencias para los pobres en todo el mundo. Programas de alimentación, similares a Huaycán, y el apoyo económico es básico para ayudar a los pobres a recuperar su dignidad y un futuro de esperanza. Con su generoso apoyo, oraciones reflexivas y fe en nuestra misión mundial, podemos decir con confianza: "Juntos, brindamos esperanza". Ofrezca una donación recurrente que brinde apoyo para futuros programas como este.