Durante más de 30 años, los frailes de la Fundación San Antonio de Lisboa, Timor-Leste, llevaron a cabo su labor pastoral con el apoyo de la Provincia Indonesia de San Miguel Arcángel.

Sin embargo, a medida que la vocación crecía, también lo hacía la carga de mantener sus instalaciones, que cada vez estaban más llenas (de dos a cuatro frailes ocupaban una sola habitación).

Este hacinamiento sumado a la carga económica de alojar a los jóvenes frailes con los bajos ingresos de la comunidad circundante significó que era hora de encontrar una nueva forma de ampliar sus instalaciones y atender las necesidades de los misioneros.

La concesión de tierras conduce a la Casa del Noviciado

El primer paso hacia este objetivo llegó en forma de una concesión de tierras de 20 hectáreas en 2023 de una comunidad indígena local, lo que permitió a la Fundación establecer planes tanto para un noviciado como para un santuario de San Antonio de Padua. 

En mayo de 2025, la Fundación había recaudado suficiente dinero (más de $400,000 en donaciones de organizaciones locales y extranjeras) para construir el Noviciado de San Damiano We Lada, Timor-Leste, así como un segundo edificio.

El Noviciado incluye:

  • Unidades de dormitorio para todos los principiantes.
  • Una habitación de invitados 
  • Baños 
  • Sala de ordenadores 
  • Biblioteca

El Segundo Edificio incluye:

  • Una capilla 
  • Comedor 
  • Sala de estudio 
  • Cocina

Además, la generosa cantidad de donaciones recibidas continuará financiando la matrícula de los frailes, la liturgia, la comida, el transporte, las computadoras, el acceso a Internet, los deportes y las actividades sociales durante los próximos años. 

Todo este apoyo permite a los frailes continuar con sus esfuerzos en la pastoral parroquial, la educación, la ecopastoral y la pastoral social de las personas con discapacidad.

Su mensaje ampliado de fe y cuidado en toda la comunidad permite que su vocación crezca: cada año Un promedio de 30-40 candidatos vienen a tomar el examen para ingresar al postulantado. 

Y, aunque finalmente sólo se aceptan entre 15 y 20 personas, esta perspectiva de vocaciones en la Fundación apunta a enormes bendiciones y una administración continua de la misión franciscana para las generaciones venideras.

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