¿Recuerdas haber jugado a las escondidas como un niño? Hide and Seek no era un juego de niños para los pequeños atrapados en Aleppo, Siria recientemente. ¡Era una cuestión de vida o muerte, ya que se escondían en cualquier refugio que pudieran encontrar! Justo después de que las conversaciones de paz en Ginebra fracasaron, los bombardeos comenzaron de nuevo. Esta escalada está matando a mujeres y niños en grandes cantidades. En los últimos cuatro años, más de 250,000 personas han perdido la vida. El drama de este país devastado por la guerra se desarrolla en las noticias de la noche ante nuestros ojos: las familias tratan de escapar de la guerra, de las bombas, del terror ... Pero, los más pobres entre ellos no pueden escapar. Nuestros frailes franciscanos que viven en las misiones sirias permanecen cerca de los que quedaron atrás, para vivir en las ruinas de sus ciudades, en medio de esta guerra. Estos ocho frailes se han quedado atrás y continúan sirviendo a los refugiados.
Fray Ibrahim informa que, en Alepo, no hay electricidad, agua, comida ni trabajo. Los hospitales no tienen medicamentos y no se salvan de los ataques. Muchos médicos se han escapado y la gente muere sin ningún tipo de atención médica. Todos los días hay víctimas inocentes en las escuelas, en las calles y dentro de las casas. Estas personas pobres viven en el terror. Temen ser capturados y sus hijos asesinados o hechos esclavos.
¡Esta es una de las peores crisis humanitarias de nuestro tiempo! Sólo la gran fe de los católicos, viviendo esta tragedia, deja una puerta abierta a la esperanza. Porque cuando hay una pausa en la lucha, salen de sus escondites a nuestras misiones en Alepo, Damasco, Latakia y Knayeh. Vienen, y los frailes les dan qué comida y agua tienen que compartir. Les dan medicamentos, ropa y otros suministros esenciales que necesitan para sobrevivir. Celebran la misa juntos y rezan por la paz. Estas personas viven con miedo y tristeza, pero no han abandonado su esperanza de que algún día todo esto llegue a su fin. Su esperanza en medio de la guerra, la destrucción y la muerte son testigos de una espléndida fe que debería enseñarnos a todos. Espero y rezo que apoyen a nuestros frailes misioneros en Siria mientras sirven a estos refugiados cristianos atrapados en el fuego cruzado de esta guerra.
Se necesita desesperadamente alimentos, medicinas y agua. El agua se está utilizando como un arma y se cierra deliberadamente. Los frailes en nuestra misión en Alepo usan un generador de gas para bombear agua de su propio pozo durante seis horas al día. Encontrar el combustible y los suministros para mantener el generador en funcionamiento es difícil y conlleva grandes gastos. ¡Los frailes tienen que gastar $ 793 a la semana para mantener el generador funcionando 6 horas todos los días! ¡Eso es $ 113 por día, $ 19.00 por hora! Este regalo de agua que salva vidas es la única fuente de tantas personas atrapadas en esta guerra. Cualquier regalo que pueda enviar ayudará a mantener el flujo de agua y a comprar alimentos, medicamentos y otros suministros. Hoy más que nunca, nuestros frailes misioneros necesitan su apoyo para ayudar a estos refugiados. Ellos valientemente sirven en áreas donde los líderes de nuestra Iglesia han sido asesinados. ¿Estarás con ellos en su momento de necesidad?