Fuimos hechos el uno para el otro.

Desde el principio, Dios creó a la humanidad para vivir en relaciones.

Tú y yo estamos llamados a ver y cuidar a la persona que tenemos delante. Estamos llamados a compartir nuestras alegrías y nuestras cargas.

En nuestro mundo de rápido movimiento, es muy fácil pasar por alto a los demás sin mirarlos, especialmente cuando ayudarlos podría requerir algo de nuestra parte, como nuestro tiempo, nuestro dinero o incluso nuestro corazón.

El 4 de octubre, los franciscanos de todo el mundo celebrarán la fiesta de San Francisco de Asís, un santo que decidió no mirar hacia otro lado.

Un día, mientras viajaba a las afueras de Asís, Francisco vio a un hombre con lepra. En aquellos tiempos, los leprosos eran temidos, rechazados y obligados a vivir separados. Francisco también los había evitado siempre.

Pero esta vez, se detuvo. Bajó de su caballo,

Caminó hacia el hombre, colocó monedas en su mano y lo abrazó.

Ese abrazo cambió a Francisco para siempre.

Francis acercó al hombre, oliendo su enfermedad y sintiendo su temblor. En ese instante, el miedo se transformó en paz. El asco se convirtió en amor.

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Los frailes en la India devuelven la alegría a los marginados por la sociedad

Un fraile ofrece atención pastoral y compañía a una mujer afectada por el VIH/SIDA en Tamil Nadu

Su generosidad ayuda a los frailes franciscanos a alimentar a las familias afectadas por el VIH/SIDA a través del Proyecto Paasam-FLAME en India

Una segunda vida

En Dindigul, Tamil Nadu, India, los misioneros franciscanos han operado el proyecto Movimiento Franciscano de Afirmación de la Vida para el Empoderamiento (FLAME) desde 2017.

Hoy, FLAME, conocido localmente como Paasam, atiende mensualmente a más de 800 hombres, mujeres y niños con VIH/SIDA. La mayoría han sido rechazados por sus familias, vecinos o empleadores.

Nuestros frailes en la India se aseguran de que estas familias e individuos afectados por el VIH/SIDA no sean olvidados, proporcionándoles kits de nutrición mensuales, medicamentos esenciales, asesoramiento y transporte a las citas médicas.

Una de las jóvenes atendidas a través de Paasam es Priyanka, una joven de 17 años que vive con VIH desde la infancia.

Tras perder a su padre a causa de la enfermedad, su madre la abandonó, dejándola con su madrastra. Se sintió completamente rechazada, incluso por sus familiares, y cayó en una desesperación tan profunda que una vez pensó en quitarse la vida.

Pero en ese momento tan oscuro, fue acogida en la residencia Paasam. Allí encontró comida, ropa, educación, atención médica y, lo más importante, amor y dignidad.

Priyanka dice que los frailes le han dado “una segunda vida”.

Ahora que está terminando la escuela secundaria, Priyanka sueña con regresar a su pueblo no como una niña rechazada, sino como una mujer educada que inspire a otros a vivir con coraje y esperanza.

En cada abrazo está viva la lección de San Francisco.

En Mexicali, México, los misioneros franciscanos de Casa Paco ofrecen un hogar seguro a personas con enfermedades terminales, discapacidades o que se encuentran completamente solas. Muchos llegan tras vivir en la calle o ser dados de alta de hospitales sin tener adónde ir. Nuestros frailes y cuidadores preparan comidas, brindan atención médica y se aseguran de que cada residente se sienta valorado y querido.

Uno de estos residentes es Rigoberto Manríquez Hernández, quien llegó a Casa Paco casi muerto por VIH avanzado. Rechazado por su familia y rechazado en los hospitales, solo quería una cama para pasar la noche. En cambio, los frailes lo acogieron con refugio, tratamiento y amor.

Hoy, Rigoberto trabaja junto a nuestros frailes en Casa Paco.

Recoge donaciones de comida, ayuda en la cocina y cuida a sus compañeros residentes. Dice que ha aprendido a no temer a la muerte. Los frailes dicen que han aprendido de él a vivir con gratitud.

Rigoberto, que alguna vez fue residente, ahora se desempeña como cuidador de otros en Casa Paco.

Los alimentos y los medicamentos se encuentran entre las partes más costosas del cuidado de los residentes en Casa Paco

Los frailes franciscanos brindan compasión y dignidad a aquellos considerados "incurables" por la sociedad.

Un fraile comparte el poder curativo del tacto con un residente de Casa Paco

Con tu ayuda, los misioneros franciscanos brindan atención diaria a quienes están olvidados y abandonados.

Las personas enfermas no son una carga. El tacto puede sanar el corazón tanto como la medicina sana el cuerpo. Jesucristo se encuentra en aquellos que el mundo olvida.

En Tamil Nadu, los frailes deben recaudar lo suficiente cada mes para alimentar, medicar y animar a cientos de personas con VIH/SIDA y sus familias. En Casa Paco, cuesta alrededor de 1 TP4T1,000 mensuales proporcionar comida, medicinas, alojamiento y cuidados afectuosos a un residente.

Por favor, dona hoy. Tu donativo, sea cual sea, hace posible nuestro próximo abrazo. Tu generosidad envolverá a los enfermos, abandonados y olvidados en los brazos de Jesucristo y en el calor de tu misericordia.

Al acercarnos a la festividad de San Francisco, les pido que sepan que nuestros frailes en India, México y las misiones de todo el mundo oran por ustedes. Los franciscanos les agradecemos su compasión y por acompañarnos en el camino para abrazar a los más necesitados.

Seleccione “Ayude a preparar a la próxima generación de misioneros franciscanos [25A8FM]”

Con humilde corazón, les agradezco su continua bondad y fiel apoyo a nuestros misioneros franciscanos.

Paz y todo bien,

Hermano Andrew Brophy, Director Ejecutivo de OFM

PS El 4 de octubre es la festividad de San Francisco de Asís. Por favor, hónrenlo hoy con su mejor ofrenda. Su renovada generosidad mantiene vivo su espíritu de compasión en cada abrazo que los misioneros franciscanos ofrecen a los pobres y enfermos.